domingo, 27 de noviembre de 2011

Fiesta en el Día de la Infancia

20 de Noviembre: DÍA INTERNACIONAL DE LA INFANCIA 


En uno de los centros de día de atención a menores, de la Fundación Siloé, se celebró el día mundial de la Infancia, con actividades previstas para los chavales y para todos los que quisieran asistir.
La fiesta se inició con un espectáculo de magia y humor, que representó el mago Adrián Conde.


           El mago Adrián en diferentes momentos del espectáculo.








Posteriormente, chavales y profesionales de los centros de día, actuaron una pequeña obra de teatro con motivo de reflejar los derechos de la infancia.




Fue una fiesta para continuar reivindicando los derechos de la infancia sin perder el humor y la diversión.

martes, 1 de noviembre de 2011

Artículo sobre Otras Capacidades -

LA DISCAPACIDAD PIDE CASA
'Otras capacidades', el programa de pisos tutelados impulsado por Siloé como alternativa a las residencias, cumple diez años.
Chelo Tuya - 22.10.2011
«¡Juan Luis, por Dios... Que tenemos invitada!». Luis no puede creer que su compañero de piso se haya servido la merienda sin invitar, y casi sin mirar, a la media docena de personas que copan su salón de estar. Pero Luis, que acaba de llegar de su paseo vespertino, lo tiene claro: «Yo tengo mucha hambre y veo, por cierto, que vosotros ya os servisteis café». El gesto mudo con el que Luis escenifica el 'morro' de su compañero de piso desata la carcajada general, que aún aumenta José Manuel Rodríguez cuando resume «siempre estamos igual».

Los tres son integrantes del programa 'Otras capacidades' que la Fundación Siloé tiene en marcha desde hace diez años. Consiste la iniciativa en ofrecer a las personas con discapacidad -ya sea física, psíquica o sensorial- viviendas tuteladas como alternativa al ingreso en residencias o en macrocentros.
Por ello, Luis, José Manuel y Juan Luis comparten un piso -aunque Juan Luis acaba de trasladarse a otra vivienda- en el que viven de forma independiente, pero con el apoyo cercano de tutores, que ocupan un piso colindante. Según explica la directora de Siloé, Susana González, «lo que se busca con este programa es potenciar la autonomía de personas con discapacidad y, creo, que lo conseguimos, ya que les ayudamos a vivir su vida de la forma más autónoma posible».
A diferencia del programa Prometeo -también de Siloé, también en forma de pisos tutelados, aunque dirigido a personas con problemas mentales-, la permanencia en estos pisos no está limitada, ni tampoco se busca para sus usuarios un paso más allá, como es la vida en una vivienda sin tutela. Pero José Luis lo tiene claro: «No me importa compartir casa, prefiero vivir así porque tengo independencia».
30 usuarios
La prueba está en sus compañeros, ya que Luis Cardoso acude cada día a cursos de formación. «Estoy estudiando porque quiero encontrar trabajo, aunque sé que está muy jodío, porque la crisis es dura y para nosotros, más», explica. Entretanto, José Manuel Rodríguez asiste a un centro ocupacional «y luego a teatro, porque estoy dentro de un grupo».
En total, en el programa Otras Capacidades participan actualmente casi 30 usuarios, distribuidos entre los dos pisos tutelados, en El Natahoyo, y una vivienda unifamiliar, en La Guía, donde la presencia del equipo educativo es constante.
Siloé quiere ampliar su oferta de pisos, pero, como recuerda la directora, «para eso necesitamos la colaboración de la Administración». Hasta ahora, los pisos han llegado de la mano de la Empresa Municipal de la Vivienda, y de su mantenimiento se encarga la Fundación, con apoyos, y los propios usuarios, pues la Consejería de Bienestar, el organismo encargado de tramitar sus expedientes, les aplica el copago en vigor.
Luis, José Manuel y Juan Luis tienen claro que «nosotros preferimos el piso», lo que refuerza la tesis de Siloé «de que las grandes residencias no pueden, por su propia estructura, lograr el fin que nosotros buscamos: la plena autonomía».
Para los tres inquilinos de El Alfar, nombre que reciben los dos pisos de El Natahoyo, la convivencia «no es problemática». «Siempre puede pasar que uno sea más ordenado que otro o que no nos gusten los mismos programas de televisión, pero nunca hemos tenido problemas entre nosotros», indican.
De hecho, los únicos llegaron del exterior, cuando Luis y José Manuel estaban en la primera casa utilizada por Siloé para este programa. En aquel momento, hace diez años, la discapacidad tenía aún menos visibilidad que ahora, por lo que la comunidad «empezó a quejarse, decía que éramos raros». Que hacían ruido, que dejaban puertas abiertas «cuando creo que lo hacían ellos», precisa Luis. Al final Siloé optó por buscar otro lugar «y se acabó el problema. Aquí no somos raros».